miércoles, 19 de marzo de 2014

Coppelion



Introducción

Pasan los tres comentarios de manga semanal y toca nuevo análisis en TTOF. La verdad es que me ha costado bastante cuadrar todo esto, ya que entre sobadas monumentales como las que me pegué el lunes, por poner un ejemplo, y las jornadas maratonianas que me tengo que echar en el curro, ha sido complicado sacar tiempo para ver la serie y redactar el artículo. Al final, como es costumbre últimamente, me ha tocado recortar tiempo de la misma actividad de siempre: dormir. Eso tiene algunos efectos secundarios, como que después de comer suelo estar que me caigo, pero si permite ir sacando adelante las secciones a su debido tiempo, pues eso que nos llevamos.

De lejos parece un lugar tranquilo, pero no...
En principio ya sólo queda una semana más de sufrimiento y ya volveré a mi horario de siempre. No sé qué voy a hacer con tanto tiempo libre de golpe. Normalmente me parecía que currando la jornada normal uno no tenía tanto tiempo como parecía para hacer cosas, pero supongo que todo es una cuestión de perspectivas. Cuando has estado meses teniendo ocho horas menos de tiempo disponible, supongo que se notará aunque la suma siga siendo bastante insuficiente. De hecho, haciendo gala de mi teoría de que "cuando tengo tiempo no tengo ganas y cuando tengo ganas no tengo tiempo", creo que he estado exprimiendo mucho mejor el tiempo libre durante estos meses algo más complicados que lo que lo hubiera de haber tenido el tiempo de siempre.

Lo que no es discutible es que hay algunas aficiones directamente ligadas con el tiempo total disponible (como ver anime, que un capítulo son sus 23 minutos de media y eso no te lo quita nadie) que sí que se han visto resentidas en mi planificación/improvisación semanal. Llevo un retraso bastante considerable en mi previsión de ver al menos 365 episodios de anime en un año, ya que apenas llevo 54, lo que me dejaría aún en el mes de febrero cuando ya estamos vislumbrando el final de marzo. Además, con el tema del viaje de vacaciones de este año, si no se tuerce nada que espero que no, no voy a poder esperar a esas fechas para empezar la remontada, por lo que tocará ir sacando tiempo poco a poco para ir corrigiendo la desviación y no pasar apuros como los del año pasado, en el que conseguí igualar el registro del 2012 con un poco de sufrimiento.

¡Que viene Mishima! A centrarse tocan
Pero, como es costumbre ya en la sección, dejándonos de paridas varias y centrándome en lo que verdaderamente nos ocupa, la verdad es que esta serie fue una auténtica desconocida para mí hasta que un día, por azares del destino y alguna conjunción planetaria que sería digna de extenso estudio por parte de expertos en la materia, John Smith decidió hacer un artículo sobre ella (el que hasta la fecha es su último artículo, por cierto). Como no podía ser de otro modo, él se centraba en el manga, encima en un momento en el que la propuesta de anime aún se encontraba sin novedad a la vista por el incidente de la central nuclear de Fukushima. Leí el artículo y la verdad es que el planteamiento me sedujo, por lo que, ante la dificultad para encontrar el manga, no me lo pensé cuando se anunció que finalmente saldría a la luz el anime, que encima encontré en un fansub de una calidad que satisface mis estándares (agradecimiento a los chicos de Aozora por su versión). Como es obvio entre las referencias al accidente de Fukushima, los artículos de john Smith (y el logo que pongo siempre en la cabecera del artículo), vamos a adentrarnos en el Tokio post-apocalíptico de la mano de Coppelion.


Información

Coppelion es una serie seinen de acción y ciencia ficción que empezó a publicarse en 2008 en la Young Magazine hasta que cambió a la Monthly Young Magazine en el 2012, ambas pertenecientes a la editorial Kodansha. La obra, creada por Tomonori Inoue, sigue abierta a día de hoy, habiendo recopilado un total de 20 tomos. Como no podía ser de otra forma,  cuenta con un anime de 13 episodios que fue creado por el estudio GoHands (Seitokai Yakuindomo, Project K) y emitido en la temporada de otoño de 2013, pese a que las primeras noticias sobre este proyecto databan del año 2010. Para comprender este inusual retraso deberemos conocer su temática...

Yo no tenía excursiones con lanzacohetes.
Jodida educación pública... ¬¬
Y es que la obra de Tomonori Inoue casi hizo gala de cierto carácter profético cuando en marzo de 2011 se produjo el accidente de la central nuclear de Fukushima Daiichi, que aún a día de hoy nos deja noticias ocasionales nada halagüeñas sobre las repercusiones de dicho accidente en el entorno. Efectivamente, Coppelion nos sitúa en el año 2036 en la ciudad de Tokyo, que ahora es apenas una ciudad fantasma con un puñado de supervivientes. En el marco de la serie, un accidente nuclear en el 2016 obligó al gobierno japonés a evacuar la que otrora fuera su capital y a levantar una cuarentena sobre ella, dejando sus calles desiertas y prácticamente despobladas. Sin embargo, el gobierno ideó un plan para ir a rescatar a los supervivientes que han habitado allí pese a la catástrofe nuclear.

Dicho proyecto consistía en modificar genéticamente a varios embriones clonados a partir de otras personas para dotarles de una resistencia a la radioactividad que les permitiera adentrarse en una ciudad infestada por la radioactividad sin necesidad de equipos de seguridad, así como de ciertas habilidades especiales desarrolladas a partir de los propios genes con los que fueron creados. Instruidos en academias especiales dependientes de las Fuerzas de Autodefensa de Japón, fueron repartidos en escuadrones con diferentes cometidos. Nosotros seguiremos las peripecias del escuadrón de rescate, cuyo objetivo es localizar y ayudar a la evacuación de supervivientes, formado por tres jovencitas: Naruse, Taeko y Aoi.

Un roboarañoncio. Esto te pica y no te convierte
en Spiderman precisamente...
Aunque en un principio la serie se centrará en su cometido específico de localización y evacuación de supervivientes con la ayuda del líder del proyecto Coppelion, el subdirector Mishima, pronto iremos viendo unos tintes más complejos en la trama con la aparición de una extraña organización que parece estar empleando la antigua capital de Japón como vertedero para todos los desechos nucleares del resto de países del mundo. Sin embargo, apenas veremos más que una pincelada, ya que el papel de antagonista le corresponderá principalmente a los soldados de la primera división, un grupo de soldados que fue enviado para socorrer a sus conciudadanos y que fue abandonado a su suerte sin siquiera conocer la naturaleza de la catástrofe. Desde entonces han vivido como fantasmas en aquella ciudad desierta pensando en la manera de vengarse del gobierno que les traicionó. ¿Podrán las chicas del escuadrón de rescate contener su amenaza?


Opinión

Tengo que decir que la serie me ha gustado bastante aunque también hay bastantes puntos que no me han terminado de convencer todo lo que deberían. Para centrarme primero en unas pinceladas generales, tengo que decir que me hubiera gustado que la parte de “ciencia ficción” de la serie se hubiera limitado al hecho de la existencia de las propias Coppelion, pero hay otras cosas demasiado poco creíbles. Me hubiera gustado más que la serie hubiera seguido un patrón algo más realista en su enfoque post-apocalíptica, sin robots gigantes, sin gente que sobreviva allí veinte años en un entorno nuclear como si nada...

Ibara tiene su lado mono y todo...
Dejando a un lado eso, que para mí es uno de los grandes debes de la serie (basándome en mis gustos personales, que no digo que no esté bien haber planteado una serie así), lo cierto es que me ha sorprendido el ritmo con el que transcurre, ya que los capítulos se me pasaban siempre muy rápido y en ningún momento se me ha hecho pesada de ver. La serie empieza con un par de capítulos prácticamente autoconclusivos o que no duraban más de dos episodios, pero el resto de la serie mantiene ya una saga algo más coherente que también ayuda a que el ritmo nunca decaiga. Quizá es mucha la coincidencia de encontrar a varios de los que en su día estuvieron vinculados a la central nuclear, aunque su presencia en la zona se entiende por su sentido de la responsabilidad sobre el desastre ocurrido.

Las escenas de acción en el comienzo de la serie son bastante limitadas, ya que a fin de cuentas tampoco parece que una ciudad contaminada completamente por la radioactividad sea un lugar propicio para tener encuentros indeseados, pero tras un primer altercado cuando descubren que hay una organización que está vertiendo más desechos en Tokyo aprovechando de su coyuntura actual, la aparición de los soldados de la primera división es la que marca un cambio de tendencia en la serie, ya que la labor de rescate de nuestras protagonistas tendrá que hacer frente a la presión a la que les someten los militares, que pese a afirmar que son aliados y no enemigos, no apoyan sus declaraciones con sus actos, al tratar de capturar a las jóvenes Coppelion.

También hay lugar para persecuciones trepidantes...
Particularmente, pienso que está bastante bien que la serie no nos plantee un blanco o negro, al menos por la parte de la trama que conocemos por el anime, que entiendo que no cubre la trama completa, ya que posteriormente conoceremos el plan y las motivaciones que impulsan a los militares de la primera división. También me parece acertado que haya cierta racionalidad con los “superpoderes” de las Coppelion (salvo excepciones...), ya que les permite tener ciertas características sobrehumanas pero sin llegar al punto de poder enfrentarse temerariamente a un ejército. Como último punto a destacar, me gustaría también hacer hincapié en las propias motivaciones de los Coppelion, aunque sólo conozcamos de primera mano los de la protagonista principal, Ibara Naruse, y la de Haruto, otro Coppelion miembro del escuadrón de limpieza que acudirá en ayuda de Naruse y sus compañeras de grupo, que piendo que podrían haber aportado algo más en vez de limitarse a algunas apariciones puntuales.


Conclusión

En una serie con tan pocos personajes en acción, la trama podría haberse hecho bastante pesada de avanzar, pero como ya he mencionado, el ritmo se convierte en una de las principales bazas a favor de la serie. Quizá se haga difícil de entender el hecho de que haya personas viviendo en una ciudad contaminada, ya que hay algunos casos en los que no se nos da una razón suficiente. Algunos viven allí porque eran presidiarios y temen ser encerrados de nuevo si vuelven a la sociedad, otros viven allí porque quieren asumir sus responsabilidades en la tragedia... pero, por ejemplo, en el caso de los habitantes de “Planeta”, una especie de cúpula donde se han conservado condiciones de habitabilidad casi reales, no se menciona por qué decidieron seguir viviendo allí.
 
Un par de hermana psicópàtas siempre anime el ambiente...
El giro hacia la acción nos presenta la entrada en acción de nuevos personajes para sustentar mejor el desarrollo de la trama, bien sea como apoyo (Haruto) o como antagonistas (las hermanas Ozu). Con respecto a los aspectos más estéticos, hay un contraste enorme entre unos fondos que podrían ser fácilmente catalogados como unos de los mejores que he visto en toda mi vida (y con una diferencia abismal) y un diseño de personajes bastante menos trabajado. No llega al nivel de Initial D, pero la integración de los personajes en el fondo es bastante tosca, con un trazo demasiado grueso para mi gusto, lo cual deja una sensación bastante extraña mientras ves la serie. En el aspecto de la banda sonora, la verdad es que me pasó sin pena ni gloria, aunque el opening y el ending me gustaron sin más. Creo que es una pena que esta serie se solapase con el accidente de Fukushima, aunque espero que ello no coartase al autor para proseguir su obra, ya que espero poder leer el manga algún día o poder seguir viendo como prosigue la historia.

Lo mejor.-  Los fondos, son increíbles. El ritmo con el que transcurre la serie, haciendo que la trama se desarrolle sin hacerse pesada en ningún momento. El enfrentamiento, físico e ideológico, entre Coppelion. Las reflexiones y críticas sobre el enfoque que tienen del mundo algunas personas y la falta de concienciación sobre las repercusiones de algunos actos. Haruto, me cae bien.

Lo peor.- La falta de realismo en la situación de la ciudad, sobre todo en el “Planeta”. Que no veamos un equipo de descontaminación hasta el episodio final. Los poderes de Kanon están un poco desfasados. Aoi y Taeko son meras comparsas casi toda la serie. Empieza algo dura en cuanto al realismo y se va haciendo más “happy” según avanza, pese a que haya muertes y reveses importantes.


¡Gennai y Kurobe celebran un nuevo artículo!

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