domingo, 6 de enero de 2013

Haiyore! Nyaruko-san




Introducción

Y damos la bienvenida al 2013 en TTOF con el análisis de una serie más. En principio, según mi rutina de realizar un análisis cada tres comentarios de manga semanal, no tocaría hacer el artículo hasta finales de mes, pero como también dije en el comentario XXII, lo suyo es que me dedique a lo que me llene en cada momento. Así que aprovechando las vacaciones, decidí verme una de las series cortitas que tenía descargadas. Y como no veo bien dejar el análisis para más adelante y tampoco me convence mucho la idea de dejarlos guardados para ir publicándolos cuando lo necesite, pues aquí lo tenéis.

Y el próximo tema es:  Devil Knows
Quizá lo habría aguantado una semanita en el caso de que hubiera podido seguir con el comentario de manga semanal, pero como no soy yo el único que se toma vacaciones y probablemente estemos un par de semanas más sin manga, pues con algo habría que rellenar. Se me quedó pendiente un capítulo de Fairy Tail e incluso medité hacer el comentario semanal con él, pero casi prefiero juntarlo con el primer comentario post-vacacional y que nos salga más o menos serio. Pero bueno, como no hay mal que por bien no venga, aquí estamos como compensación.

La idea era aprovechar que estaba de vacaciones para verme una serie algo más larga (mi sempiterna pretensión de ver series de 24-26 episodios…) pero a la hora de la verdad pensé que mejor me veía una más cortita y así me la acababa en un par de días, aunque al final han sido tres. Lo dicho, el día que me quede sin reserva de series cortas lo voy a pasar bastante mal, pero bueno, ese será el problema de mi yo del futuro.

No he podido cantarla por no se qué derechos de autor...
En cuanto a la serie, la verdad es que no tiene demasiada historia. No la elegí por nada en concreto. Fue lo de siempre: “A ver… una cortita… y que esté terminada… pues ¡esta misma!”. Luego es cuando llegan los comentarios de siempre… “¡Pero como me bajé esto!”, “Madre, madre…”, etc etc. De todos modos, la verdad es que ha sido una serie bastante divertida y que se ha hecho muy amena entre parida y parida, por lo que seguiré bendiciendo mi manía de bajarme casi todo lo que pillo mientras aguante el disco duro. Pero no nos liemos más, que al final llegarán los reyes magos y como me vean aquí despierto me voy a quedar sin regalitos ni nada (eso contando con que me dejen algo… ¬¬), y vamos con el comentario de la serie “Haiyore! Nyaruko-san”.


Información

Supongo que algunos no os lo creeréis, pero lo cierto es que el anime de Haiyore! Nyaruko-san tiene su base en las novelas ligeras y, además de la versión animada, cuenta con dos líneas de manga. Las novelas ligeras han sido escritas por Manta Aisora y cuentan con las ilustraciones de Koin y se publican por GA Magazine desde abril del 2009. Posteriormente, a lo largo de 2011, comenzaron las dos líneas de manga y finalmente, en la temporada de primavera de 2012 pudimos ver su versión animada, con un total de 12 episodios.

Cuando una extraterrestre viene para convertirte en un
hombre... has triunfado en la vida.
La serie puede encuadrarse en los géneros de comedia, romance y fantasía, y de un modo u otro, yo considero que por el desarrollo podemos llevarla también al harem, aunque le pese al protagonista. Y es que el joven Yasaka Mahiro sólo quería disfrutar de una vida normal, pero parece que el destino no quiso darle su bendición. Una noche, mientras sus padres se encontraban de viaje celebrando sus 17 años de casados, fue atacado por un extraño monstruo aparecido de la nada. Cuando parecía que iba a ser abatido inevitablemente por aquel monstruo, se sorprendió al ver que una joven alocada con un largo plateado y unos ojos verdosos apareció en respuesta a su grito de socorro. Pero lo más sorprendente sería cuando revelase su identidad, y es que la joven dice ser Nyarlathotep (Nyaruko), una de las divinidades extraterrestres de los Mitos de Cthulu, reflejados en los libros de H.P Lovecraft.

Nyaruko le revelará que está en la Tierra por cuestiones de trabajo, ya que se le ha encomendado que le proteja como posible objetivo de una organización criminal especial que intentará realizar una importante operación en la Tierra. No obstante, la serie carecerá de una trama mantenida y central, ya que el arco apenas durará un par de episodios y veremos una sucesión de situaciones en las que irán apareciendo más deidades de los mitos de Cthulu que acabarán relacionándose con Mashiro. Así, no sólo Nyaruko, sino también Cthugha (Kuko) y Hastur (Hasta) acabarán compartiendo techo gracias a la comprensión de la madre de Mashiro, que revelará tener un trabajo a media jornada como cazadora de falsos dioses.

No todo va a ser darle ahí al tema...
Con la entrada de estos personajes se producirá un típico lío amoroso que se basará en relaciones no correspondidas, aunque lo cierto es que a lo largo de la serie acabaremos viendo como Mashiro empieza a aceptar sus sentimientos hacia Nyaruko, que por otra parte está enamorada de él y no para de intentar besarle y de soltarle animaladas, creando una atmósfera cómica constante. También hay espacio para la atracción entre el mismo sexo, ya que mientras Kuko está enamorada de Nyaruko, Hasta lo estará de Mashiro. Pese a todo, juntos se enfrentarán a la amenaza del Defensor del Menor Especial, del pseudo-secuestro realizado por la empresa de Cthulu para que la madre de Mashiro les ayudase en el desarrollo de su nueva consola espacial, y a todo tipo de situaciones absurdas con hilarantes desarrollos y resultados.


Opinión

La verdad es que cuando vi que la serie iba a emplear alusiones bastante recurrentes a la mitología creada en los Mitos de Cthulu de Lovecraft, me quedé un poco perplejo, porque lo cierto es que es un mundo que me resulta totalmente ajeno. No obstante, y pese a que soy consciente de que he tenido que perder mil alusiones basadas en ese mundillo, las referencias de la serie no se acaban con esto, ya que hay múltiples alusiones a juegos y series, tantas que casi se hace imposible listarlas por completo, aunque podemos mencionar Suzumiya Haruhi no Yuuutsu o Working! por poner un ejemplo.

¡Kuko está on fire!
Así pues, aunque tener conocimientos sobre los libros mencionados pueda suponer un plus a la comprensión de determinadas relaciones entre personajes o sus propias naturalezas, lo cierto es que su desconocimiento no es un impedimento para poder disfrutar la serie. Y si bien el principio se me hizo un poco flojito (quizá porque es donde más abundan las referencias a los libros y andaba algo perdido), cuando la historia va tomando su entidad, se hace bastante llevadera gracias a la cantidad de burradas que sueltan los personajes (sobre todo Nyaruko en su intento de seducir a Mashiro, y Kuuka en su intento de seducir a Nyaruko) y las situaciones en las que acaban metidos.

Aunque en un principio parecía que la Organización Criminal Especial y su operación en la Tierra iba a ser el hilo conductor de los eventos de la serie, lo cierto es que podríamos decir que la serie carece de una conducción guiada en torno a un elemento central que sirva de trama principal. En su lugar, iremos viendo eventos algo sueltos con una duración bastante limitada que se irán encadenando sin mucho sentido, pero que por la propia naturaleza de la serie, lo cierto es que tampoco lo necesita. Incluso veremos como en un momento dado se apartan de lo que podría ser el problema principal y siguen por caminos aleatorios.

Esto no es lo que parece... ¿no?
También habría que mencionar el hecho de que en la serie se sitúe a la Tierra como de gran relevancia en el espacio gracias a lo que denominan “entretenimiento”. Y es que parece ser que en el resto del universo, los mangas, animes, videojuegos, eroges (juegos eróticos) y demás, son bastante demandados, aunque haya instituciones que no estén demasiado de acuerdo con la naturaleza del ocio terrícola, acusándolo de no respetar las leyes de moralidad espacial y de provocar el aumento de delitos sexuales a lo largo de todo el Universo. Parece que no nos libramos de la censura y la mala prensa ni saliendo de nuestra propia galaxia…


Conclusión

La verdad es que para mí la serie va claramente de menos a más, aunque soy consciente de que, valga la obviedad, es una opinión bastante subjetiva. Muchas veces me cuesta entrar en los animes nuevos, y creo que esta ha sido una de esas veces. Una vez te habitúas a los personajes y al mundo en el que se desenvuelven, te puedes centrar en seguir la serie y disfrutarla como se merece. Aunque también he de decir que no estaría en los puestos de honor de ninguna de mis recomendaciones de anime, como siempre digo, lo importante es la relación entre las expectativas y el resultado, y no sale mal parado, aunque sea sin alardes.

¿Cómo era eso de "si no miras no está"?
La serie es principalmente una comedia que tiene momentos bastante brutos, sobre todo por las intervenciones de sus personajes como ya dije antes, pero que consiguen que te rías, lo cual ya es bastante más de lo que han conseguido otras series. La manera en la que se relacionan las diversas personalidades que integran el grupo principal de la serie facilitará también la aparición de escenas divertidas entre ellos, que gracias a sus intereses amorosos incluso formarán alianzas en momentos dados para tratar de obtener una posición ventajosa. El serio y tranquilo Mashiro, la alocada y enamorada Nyaruko, la gamer y pervertida Kuko, el tierno Hasta… Todos forman un grupo de lo más variopinto.

Lo mejor.- Las burradas que sueltan los personajes (incluso aunque sea posible que el fansub las adornase un poco, creo que son bastante fieles al original). La personalidad alocada de Nyaruko, y eso que no me gustan los personajes escandalosos normalmente. Las innumerables referencias, y eso que fijo que no he pillado la mitad.

Lo peor.- La ausencia de un hilo central, o más bien que se aparte como si no fuera relevante. La aparición de personajes que no tienen relevancia alguna en la serie. Ver otro protagonista tsunderiano que pasa de las tías… si a un chico de 17 años se le pone una chica tipo Nyaruko por delante, la da pero fijo.

Ha dicho que si comentamos nos firma las tetas, ¡qué bien!

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